La propulsión eléctrica ofrece ventajas significativas, como la reducción de emisiones, menor ruido y vibración, mayor eficiencia y la posibilidad de utilizar energía renovable, lo que puede resultar en ahorro de costos a largo plazo.

La propulsión eléctrica es adecuada para una amplia variedad de barcos, desde pequeñas embarcaciones de recreo hasta grandes buques comerciales. Su aplicabilidad depende del tamaño, uso y requisitos específicos de la embarcación.

El tiempo necesario varía según la complejidad del proyecto y el tamaño de la embarcación. Puede oscilar desde unas pocas semanas para embarcaciones pequeñas hasta varios meses para embarcaciones más grandes.

Los beneficios incluyen ahorros en combustible y costos operativos, mayor durabilidad de los componentes eléctricos, y la capacidad de aprovechar incentivos y subvenciones relacionados con la sostenibilidad.